Manifestantes pidieron al gobierno mayor acción para hallar a las jóvenes.
El escuchar este lunes al líder de Boko Haram reconocer que el grupo
radical islámico secuestró a sus hijas y que piensa venderlas, no pudo
haber hecho más que profundizar la angustia que sienten los familiares
de las más de 200 adolescentes raptadas hace tres semanas en Chibok, en
el estado de Borno, en el noreste de Nigeria.
Algunas de las madres de las jóvenes le describieron a la BBC el calvario que están viviendo.
"Desde que se las llevaron todo ha sido muy difícil para nosotros",
dice una de ellas, que pidió -al igual que las otras- que no se revelara
su nombre.
"Mucha gente viene a casa durante el día para
acompañarnos, pero en las noches las familias se pasan el tiempo
pensando en sus hijas y todas las otras niñas, lo que están pasando y
dónde las están reteniendo".