24 maggio 2012

Las mujeres colombianas amenazadas por los ataques con ácido

Arturo Wallace
BBC Mundo, Bogotá

"De pronto uno ve que viene ese líquido hacia la cara de uno y piensa que alguien se resbaló, que se cayó, no sé, que a uno lo quieren mojar", cuenta Viviana Hernández.
"Pero uno nunca se imagina que eso le puede pasar".
"Eso" es una agresión con ácido, como la que hace cinco años le costó a esta colombiana de 28 años la pérdida del ojo izquierdo y graves quemaduras en el rostro, el pecho y una mano.
Y este tipo de ataques se ha vuelto preocupantemente frecuente en el país.
En 2010 el Instituto Colombiano de Medicina Legal registró 55 agresiones con ácido y el año pasado 42.
Y según cifras oficiales en lo que va de 2012 ya van más de 20 de estos ataques, aunque el número real probablemente sea mucho mayor.
"Tenemos conocimiento de casos que no han sido denunciados por amenazas, por miedo, por presiones", le dice a BBC Mundo Hernández, quien hace parte de un colectivo de víctimas que lucha contra la situación.
"Sólo en lo que va corrido del año ya van 100 casos. A mí me han contactado varias por las redes sociales. Hay mujeres quemadas con ácido en todos los departamentos del país"

Como Pakistán

Las cifras sugieren que el problema en Colombia ya ha alcanzado un nivel comparable con el de países como Bangladesh o Pakistán, que se cuentan entre los más afectados a nivel mundial.
Según la Asociación de Sobrevivientes al Ácido, en Bangladesh -que tiene una población tres veces y media más grande que la de Colombia- el año pasado se registraron 84 casos.
En Pakistán, por su parte, el número de agresiones anuales se estima en unas 150. Pero la población de este país del sureste asiático es cuatro veces mayor.
Y aunque la violencia contra la mujer no es un fenómeno nuevo en Colombia, los ataques con ácido son considerados una de las más crueles formas de agresión.
"Es que si tú le das una puñalada a alguien es una herida y punto; un tiro, listo; pero la quemadura con ácido marca para toda la vida", explica Hernández.
Continua:

Argentina trata de “desdolarizar” su economía

Veronica Smink
BBC Mundo, Argentina

 Para comprar una casa en Argentina hay una sola opción: tener dólares. La moneda estadounidense es prácticamente la única que se acepta para realizar transacciones inmobiliarias.
Es por eso que desde que la presidenta Cristina Fernández impuso fuertes restricciones a la compra de divisas en el país, poco después de obtener su reelección a fines de octubre pasado, el mercado inmobiliario ha experimentado un freno que, según algunos operadores, alcanzaría el 30% en el caso de las propiedades usadas.Pero la venta de inmuebles no es el único sector afectado por lo que algunos en Argentina están llamando un "corralito cambiario". Muchos segmentos de la economía argentina se manejan en dólares, y la mayoría de los ciudadanos ahorra en esa moneda.
No es un misterio entender por qué: hace cinco años que el país padece una de las peores inflaciones del mundo. Las cifras oficiales indican que el costo de la vida en Argentina es menor al 10% anual, pero la credibilidad del organismo que calcula la inflación ha sido cuestionada.
De acuerdo a estimaciones privadas el índice se ubicaría entre el 22% y 24%, la segunda más alta de la región después de Venezuela.
En ese contexto, los argentinos se refugian en el dólar para tratar de mantener su poder adquisitivo.

Un refugio

Pero la obsesión con la moneda estadounidense no es nueva: hace muchas décadas que los argentinos apuestan al billete verde como forma de ahorro, algo que los especialistas atribuyen a la histórica inestabilidad de la economía local y a la incertidumbre de las políticas económicas
La "ley de convertibilidad" que durante la década de los noventa equiparó el valor del peso argentino con el dólar, y la consecuente caída de la economía en 2001 que trajo consigo una repentina devaluación del peso, ahondaron el vínculo con la moneda estadounidense y la desconfianza en la moneda local.
Esto explica por qué a pesar de que en los últimos años la divisa estadounidense se ha depreciado en muchas partes del mundo, en Argentina la mayoría de los ahorristas sigue apostando al dólar como moneda de reserva.